II Encuentro Centroamericano de laas Academias delas Ciencias genealogicas de Nicaragua y Costa Rica, contando como Invitado a la Academia Dominicana de Genealogía y Heráldica, Inc. de la República Dominicana.
país, en diversas áreas, como son, entre otras, las siguientes:
Don Juan Mora Fernández. Primer Jefe de Estado. Benemérito de la Patria (gobernó de1824 a 1833), quien el 7 de junio de 1826 firma el Decreto XCVIII que ordena la creación de un Hospital General de San Juan de Dios, el cual fue abolido el 12 de mayo de 1830. Sus restos fueron traídos al Cementerio General el 23 de marzo de 1896.
José Rafael De Gallegos. Segundo Jefe de Estado, quien gobernó nuestro país en dos oportunidades (1833 a 1835 y 1845 a 1846). Sus restos fueron traídos y depositados en el Cementerio General el 26 de enero de 1872.
Francisco María Oreamuno, quien murió en 1856, a consecuencia de la peste del cólera.
José María Castro Madríz, último Jefe de Estado y Primer Presidente de la República, quien gobernó de 1847 a 1849 y de 1866 a 1868. Nació el 1° de setiembre de 1818 y murió el 4 de abril de 1892. Fue sepultado en el Cementerio General el 6 de abril de 1892. Fue declarado Benemérito de la Patria por decreto #56 del 2 de octubre de 1847. Su esposa Pacífica Fernández Oreamuno, diseño y confeccionó nuestra actual bandera tricolor, la cual se izó por primera vez el 2 de Noviembre de 1848, en el Parque Central.
Juan Rafael Mora Porras, (Juanito Mora P.) “Nació el 8 de febrero de 1814, el 13 de Noviembre de 1847 fue designado como vicepresidente del gobierno del Dr. José María Castro Madríz, cargo que desempeñó por poco tiempo. Al producirse la renuncia de Madríz, fue llamado nuevamente al gobierno, esta vez para ocupar la presidencia. Fue el segundo presidente de Costa Rica, quien gobernó desde 1849 a 1859.”[13] Durante su gobierno, se construyó el Hospital San Juan de Dios, totalmente de ladrillo, además en su gestión tuvo que enfrentarse a los filibusteros comandados por William Walker. Fue declarado Benemérito de la Patria, por decreto #86 del 25 de junio de 1850. Fue asesinado en Esparza, el 30 de setiembre de 1860. Sus restos fueron trasladados de Puntarenas donde fue sepultado al Cementerio General el 13 de enero de 1885.
Aniceto Esquivel Sáenz, quien gobernó por más de dos meses, en el 1876. Murió en 1898 y fue sepultado en la bóveda propiedad de Isaura Carranza Peralta.
Bruno Carranza Ramírez, fue Presidente de la República por más de tres meses. Murió el 25 de enero de 891 y sepultado en el Cementerio General ese mismo día. Fue Presidente de la Junta de Caridad en 1877-1878. Sepultado el 25 de enero de 1891 en un mausoleo donado por el Supremo Gobierno.
Rafael Iglesias Castro. Nació el 18 de abril de 1861 en la ciudad de San José. Presidente de la República de 1894 a 1902. Estableció en 1896 como moneda la que actualmente utilizamos (El Colón). Durante su gobierno se iniciaron las obras del Ferrocarril eléctrico al Pacífico, la construcción del Teatro Nacional, el establecimiento del patrón oro y la reforma monetaria. Murió el 10 de abril de 1924. Sus restos permanecen en el mausoleo de su propiedad en el Cementerio General.
Rafael Angel Calderón Guardia. “Nació en San José, el 10 de marzo de 1900 en el hogar formado por el Dr. Rafael Angel Calderón Muñoz y Ana María Guardia Mora. Fue electo Presidente de la República en 1940 y declarado Benemérito de la Patria por Acuerdo #1410 del 17 de abril de 1974″[19]. Murió el 10 de junio 1970 y sepultado en el Cementerio General el 11 de junio de ese mismo año.
Santos León Herrera. Presidente en ejercicio en la época de Teodoro Picado. Fue sepultado en el Cementerio General el 8 de mayo de 1950.
Joaquín García Monge. Uno de los grandes escritores de nuestro país. Murió el 31 de octubre de 1958, sepultado en la bóveda propiedad de su esposa en ese momento y en la actualidad de su hijo Eugenio García Carrillo.
Lic. Pablo Durand Baquerizo
Piedra de donde sale el agua bendita
Cementerio de San Rafael
Diplomas de Académicos Honorarios a los académicos de número a Raymundo Brenes Rosales.
Las atenciones de Maria, Alejandro y las niñas.
Realmente no sentí la diferencia, ya que me senti como en mi casa.
Un abrazo para los genealogistas amigos que conocí.